miércoles, junio 30

¿Por qué debo leer?


para jóvenes adolescentes...


“No tengo paciencia para leer. Prefiero ver la televisión.”—Margarita, de 13 años (Rusia).

“Si me dan a escoger entre leer un libro y jugar al baloncesto, escojo el baloncesto.”—Oscar, de 19 años (Estados Unidos).

SI HAS leído hasta aquí, probablemente sea porque reconoces la importancia de la lectura. Aun así, la idea de leer un libro o tan solo un artículo de una revista quizás te parezca como tener que tomar un jarabe: sabes que te conviene, pero prefieres evitarlo.

Se han entrevistado a jóvenes de once países para saber qué piensan sobre las dificultades y los beneficios de la lectura. A continuación te ofrecemos sus opiniones.

¿Por qué te cuesta tanto trabajo ponerte a leer?
“Pocas veces tengo tiempo para hacerlo.”—Semsihan, de 19 años (Alemania).
“La lectura exige mucho esfuerzo, y quizás soy un poco perezoso.”—Ezekiel, de 19 años (Filipinas).
“No me gusta que me obliguen a leer cosas aburridas.”—Christian, de 15 años (Inglaterra).
“Si el libro es delgado, tal vez me anime a leerlo. Pero si veo que es gordo, se me quitan las ganas.”—Eriko, de 18 años (Japón).
"Como me distraigo fácilmente, no puedo concentrarme.”—Francisco, de 13 años (Sudáfrica).


A los jóvenes cristianos se les anima a leer la Biblia (Salmo 1:1-3). ¿Te resulta difícil? Y si es así, ¿por qué razón?
“La Biblia es un libro tan grande... Parece que uno va a tardar toda la vida en leerlo.”—Anna, de 13 años (Rusia).

“Algunas partes me resultan pesadas y muy poco entretenidas.”—Jezreel, de 11 años (India).
“Me resulta difícil leer la Biblia con regularidad porque tengo un horario muy desorganizado.”—Elsa, de 19 años (Inglaterra).
“No es fácil porque las tareas y las actividades escolares me ocupan mucho tiempo.”—Zurisadai, de 14 años (México).
“Me cuesta trabajo leer la Biblia porque no sé cómo limitar el tiempo que dedico a mis aficiones.”—Sho, de 14 años (Japón)

Está claro que leer puede resultar difícil, pero ¿vale la pena? ¿Cómo te ha beneficiado a ti?


“La lectura ha ampliado mis conocimientos y me ha dado más seguridad en mí misma cuando hablo con la gente.” Monisha, de 14 años (India).
“Cuando leo, me relajo y consigo olvidar mis problemas.” Alison, de 17 años (Australia).
“Leyendo visito lugares que de otra forma nunca podría ver.”—Duane, de 19 años (Sudáfrica).
“Me ayuda a averiguar las cosas por mí mismo, y así no dependo de lo que otros me digan.”—Abihú, de 16 años (México).

RELACIONA LAS IDEAS
Trata de asociar lo que estás leyendo con lo que ya sabes sobre ti mismo y tu entorno. Pregúntate qué relación tiene el texto...

... con tus lecturas anteriores: ¿Se parecen estas situaciones o problemas a los descritos en otros libros, revistas o relatos que ya he leído? ¿Me recuerdan a otros personajes los protagonistas?
... contigo: ¿Tiene algo que ver la información con mis circunstancias, mi cultura y mis dudas? ¿Puedo usarla para resolver mis problemas o mejorar mi vida?
... con tu entorno: ¿Qué me enseña esta información sobre la naturaleza, el medio ambiente, las diversas culturas o los problemas sociales? ¿Qué me revela acerca del Creador?
¿Qué te ayudó a disfrutar de la lectura?

“Desde que era muy pequeña, papá y mamá me animaron a leer en voz alta.”—Tanya, de 18 años (India).
“Mis padres me enseñaron a usar la imaginación para visualizar lo que leía.”—Daniel, de 18 años (Inglaterra).
“Papá me recomendó que empezara por leer los libros de la Biblia que me resultaban más interesantes, como Salmos o Proverbios. Ahora leo la Palabra de Dios por placer y no por obligación.”—Charene, de 16 años (Sudáfrica).

Cuando cumplí cuatro años, ya tenía una mesa de escritorio y una estantería con todos los libros que mis padres habían ido reuniendo para mí desde que nací.”—Airi, de 14 años (Japón).

¿Por qué crees que es importante leer la Biblia?

“La gente tiene muchas ideas equivocadas sobre la Biblia, por eso es mejor comprobar por uno mismo cuáles son ciertas.” (Hechos 17:11.)—Matthew, de 15 años (Estados Unidos).
“Es verdad que leer la Biblia exige mucha meditación, pero hacerlo me ha ayudado a expresarme con más confianza y claridad cuando hablo a los demás de mis creencias.” (1 Timoteo 4:13.)—Jane, de 19 años (Inglaterra).
“Cuando leo la Biblia, siento que Dios me está hablando directamente. A veces me emociono.” (Hebreos 4:12.)—Obadiah, de 15 años (India).
“Cada vez disfruto más leyendo la Biblia porque me muestra lo que Dios piensa de mí y me da buenos consejos.” (Isaías 48:17, 18.) Viktoriya, de 14 años (Rusia).

¿Cómo te organizas para leer la Biblia con regularidad?
“Sigo un horario. Lo primero que hago al levantarme es leer un capítulo de la Biblia.”—Lais, de 17 años (Brasil).
“Tengo la costumbre de leer la Biblia y otras publicaciones cristianas en mi viaje diario en tren a la escuela. He podido hacerlo durante los últimos cuatro años.”—Taichi, de 19 años (Japón).
“Todas las noches antes de dormir, leo una porción de la Biblia.”—Maria, de 15 años (Rusia).
“Leo la Biblia por las mañanas antes de ir a la escuela.”—James, de 17 años (Inglaterra).

Estos comentarios muestran que la lectura puede darte más seguridad en ti mismo y ampliar tus conocimientos. Leer la Biblia y literaturas basadas en ella, también contribuirá a “ac[ercarte] a Dios” (Santiago 4:8). Así pues, aunque te parezca difícil, ¡no te rindas!

PARA PENSAR

¿Por qué es importante que leas la Palabra de Dios?
¿De dónde puedes ‘comprar tiempo’ para la lectura de la Biblia y publicaciones basadas en ella? (Efesios 5:15, 16.)

El buen samaritano

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