lunes, mayo 24

¿Quién es Jesucristo? ¿Es Jesús el Dios todopoderoso?



Muchas personas religiosas aseguran que Jesús es Dios. Otras sostienen que Dios es una Trinidad, dogma según el cual “Dios es el Padre, Dios es el Hijo, Dios es (también) el Espíritu Santo; y, sin embargo, no son tres dioses, sino un solo Dios”. Se afirma que “las tres personas son entre sí coeternas y coiguales” (El Magisterio de la Iglesia). ¿Están en lo cierto tales opiniones?

Jehová Dios es el Creador (Revelación 4:11). Él no tuvo principio y no tendrá fin; además, es todopoderoso (Salmo 90:2). En cambio, Jesús sí tuvo principio (Colosenses 1:15, 16). Refiriéndose a Dios como su Padre, Jesús dijo: “El Padre es mayor que yo” (Juan 14:28). También explicó que había cosas que ni él ni los ángeles sabían, y que solo su Padre conocía (Marcos 13:32).



Además, Jesús pidió a su Padre: “Que no se efectúe mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42). ¿A quién dirigió estas palabras si no fue a una Persona superior a él? Lo que es más, Jesús no se resucitó a sí mismo, sino que fue Dios quien lo levantó de entre los muertos (Hechos 2:32). Es obvio, entonces, que el Padre y el Hijo no eran iguales antes de que Jesús viniera a la Tierra ni durante su vida terrestre. Pero ¿y después de que Jesús fue resucitado y ascendió al cielo? En 1 Corintios 11:3 leemos: “La cabeza del Cristo es Dios”. En realidad, el Hijo siempre estará en sujeción a Dios (1 Corintios 15:28). De modo que las Escrituras muestran que Jesús no es el Dios todopoderoso, sino el Hijo de Dios.

La llamada tercera persona de la Trinidad —el espíritu santo— no es en realidad una persona. El salmista oró a Dios diciendo: “Si envías tu espíritu, son creados” (Salmo 104:30). Este espíritu no es Dios, sino la fuerza activa que él envía o utiliza para realizar lo que desea. Mediante este espíritu, Dios creó los cielos, la Tierra y todos los seres vivos (Génesis 1:2; Salmo 33:6). Dios también usó su espíritu santo para inspirar a los hombres que escribieron la Biblia (2 Pedro 1:20, 21). Como vemos, la Trinidad no es una doctrina bíblica.* Más bien, las Escrituras enseñan que “Jehová nuestro Dios es un solo Jehová” (Deuteronomio 6:4).

miércoles, mayo 19

¿Quién es Jesucristo? ¿Dios u hombre?



“YO SOY la luz del mundo. El que me sigue, de ninguna manera andará en oscuridad, sino que poseerá la luz de la vida.” (Juan 8:12.) Estas palabras las pronunció Jesucristo, de quien cierto hombre instruido del siglo primero escribió lo siguiente: “Cuidadosamente ocultados en él están todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento” (Colosenses 2:3). La Biblia también dice: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo” (Juan 17:3). Es esencial adquirir conocimiento exacto de Jesús a fin de satisfacer nuestra necesidad espiritual.

Personas de todo el mundo han oído hablar de Jesucristo. Su influencia en la historia de la humanidad es incuestionable. De hecho, el calendario utilizado hoy en la mayor parte del mundo se basa en el año en que se supone que él nació. Como indican muchas obras, es común referirse a las fechas anteriores a ese año como a.C., es decir, antes de Cristo, y a las fechas posteriores como d.C., o sea, después de Cristo.



Con todo, reina la confusión en cuanto a quién fue Jesús. Algunos opinan que fue solo un hombre sobresaliente que dejó una profunda huella en la historia. Otros lo adoran como el Dios todopoderoso. Algunos hindúes lo han asemejado al dios hindú Krisna, considerado por muchos un dios encarnado. ¿Fue Jesús un simple hombre, o fue alguien a quien se debe adorar? ¿Quién fue realmente? ¿De dónde vino? ¿Cómo era? ¿Y dónde se halla ahora? El siguiente artículo mostrará que el libro que tanto habla de Jesús da respuestas veraces a estas preguntas.

martes, mayo 11

¿Quién es Jesucristo?


¿Qué papel singular cumple Jesús?

¿De dónde vino?

¿Qué clase de persona fue?

EN EL mundo hay muchas personas famosas. Algunas son muy conocidas en su propia comunidad, ciudad o nación, y otras en el mundo entero. Pero el hecho de que usted sepa el nombre de alguien famoso no significa que conozca a esa persona, es decir, que esté enterado de los detalles de su pasado o de cómo es en realidad.

2 Aunque ya han pasado unos dos mil años desde que Jesucristo vivió en la Tierra, en todo el mundo se habla de él. Sin embargo, existe mucha confusión sobre quién fue en realidad. Algunos dicen que fue tan solo un hombre bueno. Otros piensan que no fue más que un profeta. Y hay quienes creen que Jesús es Dios y debemos adorarlo. ¿Será esto cierto?

3 Es importante que usted sepa la verdad sobre Jesús. ¿Por qué? Porque la Biblia dice: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo” (Juan 17:3). En efecto, conocer la verdad sobre el Dios Verdadero y Jesucristo puede llevarle a vivir para siempre en un paraíso terrestre (Juan 14:6). Además, Jesús dio el mejor ejemplo de cómo se debe vivir y tratar al prójimo (Juan 13:34, 35). Anteriormente vimos cuál es la verdad acerca de Dios. Veamos ahora lo que enseña la Biblia acerca de Jesucristo.

EL MESÍAS PROMETIDO
4 Mucho antes de que Jesús naciera, la Biblia predijo la llegada del enviado de Dios, el llamado Mesías o Cristo. Los títulos Mesías (derivado de una palabra hebrea) y Cristo (derivado de una palabra griega) significan “Ungido”. De modo que el enviado prometido sería ungido, es decir, nombrado por Dios para ocupar una posición especial. En otros capítulos veremos con más detalle que el Mesías tiene un importantísimo papel en el cumplimiento de las promesas divinas. También veremos que Jesús puede bendecirnos incluso hoy en día. Seguramente, ya antes de que Jesús naciera, muchas personas se preguntaban: “¿Quién será el Mesías?”.

5 En el siglo primero de nuestra era, los discípulos de Jesús de Nazaret estaban totalmente convencidos de que él era el Mesías predicho (Juan 1:41). Uno de ellos, Simón Pedro, le dijo sin rodeos: “Tú eres el Cristo” (Mateo 16:16). Ahora bien, ¿por qué estaban tan seguros aquellos discípulos de que Jesús era en verdad el Mesías prometido? ¿Y por qué podemos estar seguros nosotros?

6 Los profetas de Dios que vivieron antes que Jesús predijeron muchos detalles que ayudarían a identificar al Mesías. Por poner una comparación: suponga que usted tuviera que ir a buscar a un desconocido a una concurrida estación de autobuses o de trenes, o a un aeropuerto. ¿Verdad que le vendría bien conocer algunas características de la persona? Pues bien, mediante los profetas bíblicos, Jehová dio una descripción bastante detallada de lo que haría el Mesías y de las cosas que le sucederían. De este modo, las personas fieles podrían reconocerlo sin ninguna duda cuando vieran cumplirse todas esas profecías.

7 Veamos un par de ejemplos. El primero es el siguiente: más de setecientos años antes de que ocurriera, el profeta Miqueas predijo que el enviado prometido nacería en Belén, un pequeño pueblo de la tierra de Judá (Miqueas 5:2). Pues bien, ¿dónde nació Jesús? Justo en ese lugar (Mateo 2:1, 3-9). El segundo ejemplo es la profecía de Daniel 9:25, que con muchos siglos de antelación permitía calcular el año exacto en que se presentaría el Mesías: el año 29 de nuestra era. El cumplimiento de estas y otras profecías demuestra que Jesús era el Mesías prometido.


Cuando Jesús se bautizó, se convirtió en el Mesías, o Cristo

8 A finales del año 29 se demostró aún más claramente que Jesús era el Mesías. Fue entonces cuando él le pidió a Juan el Bautista que lo bautizara en el río Jordán. Jehová había prometido a Juan que le daría una señal para que pudiera reconocer al Mesías, y se la dio en el bautismo de Jesús. La Biblia relata: “Después que Jesús fue bautizado, inmediatamente salió del agua; y, ¡mire!, los cielos se abrieron, y él vio descender como paloma el espíritu de Dios que venía sobre él. ¡Mire! También hubo una voz desde los cielos que decía: ‘Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado’” (Mateo 3:16, 17). Cuando Juan vio y escuchó aquello, no tuvo ninguna duda de que Jesús era el enviado de Dios (Juan 1:32-34). Aquel día, cuando el espíritu santo —es decir, la fuerza activa de Dios— se derramó sobre él, Jesús llegó a ser el Mesías, o Cristo, la persona elegida para ser Caudillo y Rey (Isaías 55:4).

9 Las profecías bíblicas que se han cumplido y el testimonio que Jehová mismo dio prueban claramente que Jesús era el Mesías prometido. Pero la Biblia contesta otras dos preguntas importantes sobre Jesucristo: de dónde vino y qué clase de persona fue.

¿DE DÓNDE VINO JESÚS?
10 La Biblia enseña que Jesús vivió en el cielo antes de venir a la Tierra. Por ejemplo, además de predecir que el Mesías nacería en Belén, el profeta Miqueas indicó que su origen tuvo lugar en “tiempos tempranos” (Miqueas 5:2). De hecho, el propio Jesús dijo en muchas ocasiones que antes de nacer como hombre había vivido en el cielo (Juan 3:13; 6:38, 62; 17:4, 5). Allí era una criatura espiritual que disfrutaba de una relación especial con Jehová.

11 Por muchas razones, Jesús es el hijo más querido de Jehová. La Biblia lo llama “el primogénito de toda la creación”, pues él fue lo primero que Dios creó (Colosenses 1:15).# Otra cosa que lo hace especial es el hecho de ser el “Hijo unigénito” (Juan 3:16). Esto significa que es el único a quien Dios creó directamente. También es el único que colaboró con Jehová en la creación de todas las demás cosas (Colosenses 1:16). Además, se le llama “la Palabra” (Juan 1:14). Este título muestra que era el encargado de hablar en nombre de su Padre. Seguramente daba mensajes e instrucciones a los demás hijos de Dios, tanto a ángeles como a seres humanos.

12 ¿Es el Hijo primogénito igual a Dios, como algunos creen? Eso no es lo que la Biblia enseña. Como vimos en el párrafo anterior, el Hijo fue creado. Por lo tanto, es obvio que tuvo un principio, mientras que Jehová no tiene ni principio ni fin (Salmo 90:2). Al Hijo unigénito ni siquiera se le ocurrió tratar de igualarse a su Padre. La Biblia enseña claramente que el Padre es mayor que el Hijo (Juan 14:28; 1 Corintios 11:3). Solo Jehová es el “Dios Todopoderoso” (Génesis 17:1). Por consiguiente, no tiene igual.

13 Jehová y su Hijo primogénito disfrutaron de una relación muy estrecha durante millones y millones de años, mucho antes de la creación de las estrellas y la Tierra. ¡Qué gran amor deben de haberse tenido! (Juan 3:35; 14:31.) Este Hijo querido era tal como su Padre. Por esa razón, la Biblia dice que él es “la imagen del Dios invisible” (Colosenses 1:15). En efecto, igual que los hijos suelen parecerse a sus padres de muchas maneras, este Hijo celestial de Dios también reflejaba las cualidades y la personalidad de su Padre.

14 El Hijo unigénito de Jehová dejó voluntariamente el cielo para venir a la Tierra y ser hombre. Pero quizá usted se pregunte: “¿Cómo fue posible que un espíritu naciera como ser humano?”. Pues bien, Jehová realizó un milagro. Hizo que la vida de su Hijo primogénito, que estaba en el cielo, pasara a la matriz de una virgen judía llamada María. Puesto que no intervino ningún padre humano, ella dio a luz un hijo perfecto, al que puso por nombre Jesús (Lucas 1:30-35).

¿QUÉ CLASE DE PERSONA FUE JESÚS?
15 Todo lo que Jesús hizo y dijo mientras estuvo en la Tierra nos ayuda a conocerlo bien. Y, lo que es más, por medio de él podemos conocer mejor a Jehová. ¿De qué manera? Recuerde que este Hijo es la viva imagen de su Padre. Por eso le dijo a uno de sus discípulos: “El que me ha visto a mí ha visto al Padre también” (Juan 14:9). En los cuatro libros de la Biblia que se conocen como los Evangelios —Mateo, Marcos, Lucas y Juan—, hallamos mucha información sobre la vida, las obras y las cualidades de Jesucristo.

16 A Jesús se le llamaba “Maestro” (Juan 1:38; 13:13). ¿Qué era lo que enseñaba? Principalmente, proclamaba el mensaje de “las buenas nuevas del reino”, es decir, las buenas noticias sobre el Reino de Dios. Este gobierno regirá toda la Tierra desde el cielo y derramará un sinfín de bendiciones sobre los seres humanos que sean fieles a Dios (Mateo 4:23). ¿De quién procedía este mensaje? Jesús mismo lo dijo: “Lo que yo enseño no es mío, sino que pertenece al que me ha enviado”, o sea, a Jehová (Juan 7:16). El Hijo sabía que su Padre deseaba que la gente oyera las buenas nuevas del Reino de Dios. En el capítulo 8 veremos más detalles acerca de este gobierno y de lo que logrará.


Jesús predicaba en cualquier lugar donde hubiera gente

17 ¿Dónde enseñaba Jesús? En cualquier lugar donde hubiera gente: tanto en el campo como en las ciudades, los pueblos, los mercados y las casas. Jesús no se sentaba a esperar a que las personas acudieran a él, sino que iba a buscarlas (Marcos 6:56; Lucas 19:5, 6). ¿Por qué dedicó tanto tiempo y esfuerzo a predicar y enseñar? Porque esa era la voluntad de su Padre, y Jesús siempre la cumplió (Juan 8:28, 29). Pero había otra razón, y era que sentía compasión por las multitudes que iban a verlo (Mateo 9:35, 36). Los líderes religiosos deberían haberles enseñado la verdad sobre Dios y sus propósitos, pero las habían dejado abandonadas. Sin embargo, Jesús sabía cuánto necesitaban escuchar el mensaje del Reino.

18 Jesús fue un hombre tierno, cariñoso y de gran corazón. Trataba a la gente con sencillez y amabilidad, y hasta los niños se sentían cómodos a su lado (Marcos 10:13-16). No mostraba favoritismo. Odiaba la corrupción y la injusticia (Mateo 21:12, 13). En una época en la que se mostraba poco respeto y consideración a las mujeres, él las trató con dignidad (Juan 4:9, 27). Jesús era humilde de verdad. En cierta ocasión les lavó los pies a los apóstoles, una tarea que solían realizar los criados de menor categoría.


19 Jesús sentía compasión por las personas que sufrían, como lo demostró especialmente cuando realizó curaciones milagrosas con el poder del espíritu de Dios (Mateo 14:14). Por ejemplo, un leproso lo buscó y le dijo: “Si tan solo quieres, puedes limpiarme”. Jesús sintió en su propio corazón el sufrimiento de aquel hombre. Compadecido, extendió la mano, lo tocó y le dijo: “Quiero. Sé limpio”. ¡Y el enfermo sanó! (Marcos 1:40-42.) ¿Se imagina usted cómo debió sentirse aquella persona?

FIEL HASTA EL FINAL
20 Jesús es el mejor ejemplo de obediencia y lealtad a Dios. En toda circunstancia permaneció fiel a su Padre celestial, a pesar de soportar todo tipo de oposición y sufrimientos. Rechazó con firmeza las tentaciones de Satanás (Mateo 4:1-11). Hubo un tiempo en que algunos de sus propios parientes no creyeron en él. Incluso llegaron a decir: “Ha perdido el juicio” (Marcos 3:21). Pero Jesús no se desanimó y siguió efectuando la obra de Dios. Cuando sus adversarios lo insultaron y agredieron, siempre supo contenerse y no intentó hacerles daño (1 Pedro 2:21-23).

21 Jesús fue fiel hasta la muerte, una muerte cruel y dolorosa a manos de sus enemigos (Filipenses 2:8). Piense en lo que soportó el último día de su vida como hombre. Tuvo que aguantar que las autoridades lo arrestaran, que testigos falsos lo acusaran, que jueces corruptos lo condenaran, que la gente se burlara de él y que los soldados lo torturaran. Clavado en el madero, exclamó con su último aliento: “¡Se ha realizado!” (Juan 19:30). Tres días después, su Padre celestial lo resucitó como criatura espiritual (1 Pedro 3:18). Al cabo de pocas semanas regresó al cielo, donde “se sentó a la diestra de Dios” a la espera de recibir el poder para reinar (Hebreos 10:12, 13).

22 ¿Qué logró Jesús al permanecer fiel hasta el final? Su muerte abrió el camino para que podamos vivir eternamente en un paraíso terrestre, tal como Jehová se propuso desde un principio. Proximamente veremos cómo logra la muerte de Jesús que esta esperanza se haga realidad.


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# A Jehová se le llama Padre porque es el Creador (Isaías 64:8). Puesto que Jesús fue creado por Dios, recibe el nombre de Hijo de Dios. Por la misma razón, a otros espíritus e incluso a Adán se les llama hijos de Dios (Job 1:6; Lucas 3:38).

LA BIBLIA ENSEÑA
■Tanto las profecías bíblicas que se cumplieron en Jesús como el testimonio que Jehová mismo dio prueban que él es el Mesías, o Cristo (Mateo 16:16).
■Jesús vivió en el cielo como criatura espiritual mucho antes de venir a la Tierra (Juan 3:13).
■Jesús fue un maestro, un hombre tierno y cariñoso, y un ejemplo de obediencia perfecta a Dios (Mateo 9:35, 36).

lunes, mayo 10

La Biblia proviene de Dios


¿En qué se diferencia la Biblia de todos los demás libros?

¿De qué maneras nos ayuda la Biblia a enfrentarnos a los problemas de la vida?

¿Qué razones hay para confiar en las profecías de la Biblia?

¿RECUERDA usted algún regalo especial que le haya hecho un buen amigo? Seguramente le llenó de alegría y le conmovió. Al fin y al cabo, con ese detalle su amigo demostró que valoraba su amistad, y sin duda usted le dio las gracias.

2 Pues bien, la Biblia es un regalo de Dios por el que podemos estar muy agradecidos. Este libro singular revela información que nunca sabríamos de otro modo. Por ejemplo, nos habla de la creación de los cielos y las estrellas, la Tierra y la primera pareja humana. Además, enseña principios confiables que nos permiten enfrentarnos a los problemas y a las inquietudes de la vida. La Biblia también nos explica cómo cumplirá Dios su propósito de que existan mejores condiciones en la Tierra. ¡Qué regalo tan fascinante!

3 La Biblia también es un regalo conmovedor, ya que nos enseña algo sobre la persona que lo hizo, Jehová. Al darnos este libro, Dios demostró que quiere que lo conozcamos bien. De hecho, la Biblia nos ayuda a acercarnos a él.

4 Si usted posee una Biblia, no es el único, ni mucho menos. Este libro se ha publicado, entero o en parte, en más de dos mil trescientos idiomas, así que más del noventa por ciento de la población mundial lo tiene a su alcance. Cada semana se distribuye un promedio de más de un millón de ejemplares, y en total se han producido miles de millones de biblias y porciones de las Escrituras. No hay duda de que es un libro sin igual.

5 Además, la Biblia “es inspirada de Dios” (2 Timoteo 3:16). ¿Qué significa esta expresión? La propia Biblia lo aclara: “Hombres hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo” (2 Pedro 1:21). Es como cuando un jefe le pide a su secretaria que escriba una carta. Puesto que las ideas o instrucciones son del jefe, la carta es de él, no de la secretaria. De igual modo, la Biblia contiene el mensaje de Dios, no el de los hombres que la escribieron. Por consiguiente, toda la Biblia es verdaderamente “la palabra de Dios” (1 Tesalonicenses 2:13).

UN LIBRO EXACTO Y SIN CONTRADICCIONES
6 La Biblia fue escrita durante un período de mil seiscientos años por hombres de diferentes épocas, condiciones sociales y profesiones: desde agricultores, pescadores y pastores, hasta profetas, jueces y reyes. Asimismo, el escritor de uno de los Evangelios, Lucas, era médico. Pero a pesar de los distintos orígenes de estos hombres, la Biblia enseña las mismas ideas desde la primera página hasta la última, y no se contradice.*

7 El primer libro de la Biblia relata cómo empezaron los problemas de la humanidad, mientras que el último muestra que toda la Tierra se convertirá en un paraíso, o jardín. Las páginas de la Biblia abarcan miles de años de historia, y su contenido siempre tiene que ver de algún modo con el cumplimiento del propósito de Dios. Esta unidad de ideas es impresionante, como esperaríamos de un libro que proviene de Dios.

8 La Biblia también es exacta desde el punto de vista científico. Incluso se adelantó mucho a su tiempo. Por ejemplo, el libro de Levítico contenía leyes para el antiguo Israel sobre la cuarentena y la higiene, cuestiones que las naciones vecinas de la época desconocían por completo. Además, en un tiempo en que existían ideas equivocadas sobre la forma de la Tierra, la Biblia indicó que tenía forma de círculo, o esfera (Isaías 40:22). También afirmó con exactitud que ‘cuelga sobre nada’ (Job 26:7). Claro, la Biblia no es un libro de ciencia, pero es exacta cuando trata temas científicos. ¿No es eso lo que esperaríamos de un libro procedente de Dios?

9 La Biblia también es exacta y confiable cuando aporta datos históricos. Sus relatos son específicos, y no solo indican los nombres de los personajes, sino también los de sus antepasados.# A diferencia de muchos historiadores, que a menudo no mencionan las derrotas de sus pueblos, los escritores de la Biblia fueron tan honrados que hasta pusieron por escrito sus propias faltas y las de su nación. Por ejemplo, Moisés confesó en el libro bíblico de Números un grave error por el que fue censurado con severidad (Números 20:2-12). Esta honradez es muy poco frecuente en otras obras históricas, pero la hallamos en la Biblia por una razón: porque es un libro que proviene de Dios.

UN LIBRO DE CONSEJOS PRÁCTICOS
10 Puesto que Dios la inspiró, la Biblia es “provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas” (2 Timoteo 3:16). Es un libro práctico. Se nota en sus páginas que el Autor comprende a la perfección la naturaleza de los seres humanos. Y no es de extrañar, pues dicho Autor es el propio Jehová Dios, nuestro Creador. Él entiende lo que pensamos y sentimos incluso mejor que nosotros mismos. Además, sabe lo que necesitamos para ser felices, y también la conducta que nos conviene evitar.

11 Piense en el Sermón del Monte, el discurso de Jesús que se encuentra en los capítulos 5 a 7 de Mateo. En esta obra maestra de la enseñanza, Jesús trató muchos temas, entre ellos cómo hallar la felicidad, cómo solucionar las disputas, cómo orar y qué actitud debemos tener hacia los bienes materiales. Pues bien, sus palabras tienen hoy la misma fuerza y utilidad que el día que las pronunció.

12 Algunos principios de la Biblia tienen que ver con temas como la familia, el trabajo y el trato con los demás. Sus consejos van dirigidos a todo el mundo y son siempre provechosos. La sabiduría que contienen sus páginas queda resumida en estas palabras que Dios expresó a través del profeta Isaías: “Yo, Jehová, soy tu Dios, Aquel que te enseña para que te beneficies a ti mismo” (Isaías 48:17).

UN LIBRO DE PROFECÍAS
13 La Biblia contiene numerosas profecías, muchas de las cuales ya se han cumplido. Veamos un ejemplo. Por medio del profeta Isaías —quien vivió más de setecientos años antes de nuestra era—, Jehová predijo lo que le ocurriría a la ciudad de Babilonia: sería destruida (Isaías 13:19; 14:22, 23). Pero además explicó cómo sucedería. Los ejércitos invasores secarían el río que pasaba por la ciudad y entrarían en ella sin tener que pelear. Y eso no es todo. La profecía reveló incluso el nombre del rey que conquistaría Babilonia: Ciro (Isaías 44:27–45:2).

El escritor bíblico Isaías predijo la caída de Babilonia

14 Unos doscientos años después, en la noche del 5 al 6 de octubre del año 539 antes de nuestra era, un ejército se hallaba acampado cerca de Babilonia. ¿Quién lo comandaba? Un rey persa llamado Ciro. En efecto, todo estaba dispuesto para que se cumpliera la asombrosa profecía. Pero ¿conseguiría el ejército de Ciro conquistar la ciudad sin siquiera pelear, como se había predicho?


15 Los babilonios estaban celebrando una fiesta aquella noche y se sentían seguros tras las enormes murallas de la ciudad. Mientras tanto, Ciro ingeniosamente desvió las aguas del río que cruzaba Babilonia, de modo que el nivel del agua bajó lo suficiente como para que sus hombres se acercaran a las murallas avanzando por el cauce. Sin embargo, ¿cómo lograron atravesar las murallas? ¡Las puertas de la ciudad se habían dejado abiertas por descuido!

16 Jehová había dicho lo siguiente acerca de Babilonia: “Nunca será habitada, ni residirá por generación tras generación. Y allí el árabe no asentará su tienda, y no habrá pastores que dejen que sus rebaños se echen allí” (Isaías 13:20). La profecía no solo indicó que la ciudad caería, sino también que quedaría deshabitada para siempre. Usted puede comprobar que estas palabras se han cumplido. A unos 80 kilómetros al sur de Bagdad, la capital de Irak, se encuentran los restos de la antigua Babilonia. El lugar está deshabitado, lo que da prueba de que se realizó la predicción que Jehová había hecho mediante Isaías: “La barreré con la escoba de la aniquilación” (Isaías 14:22, 23

Ruinas de Babilonia


17 ¿Verdad que fortalece la fe comprobar que la Biblia es un libro de profecías confiables? Ciertamente, el que Jehová Dios haya cumplido sus promesas en el pasado nos da la seguridad de que también cumplirá su promesa de convertir la Tierra en un paraíso (Números 23:19). En efecto, tenemos la “esperanza de la vida eterna que Dios, que no puede mentir, prometió antes de tiempos de larga duración” (Tito 1:2).^

“LA PALABRA DE DIOS ES VIVA”
18 Lo que hemos visto en este capítulo no deja dudas de que la Biblia es un libro realmente único. Pero su valor no solo se debe a su unidad de ideas, exactitud científica e histórica, consejos prácticos y profecías confiables. Todavía ofrece mucho más. El apóstol Pablo escribió: “La palabra de Dios es viva, y ejerce poder, y es más aguda que toda espada de dos filos, y penetra hasta dividir entre alma y espíritu, y entre coyunturas y su tuétano, y puede discernir pensamientos e intenciones del corazón” (Hebreos 4:12).

19 La lectura de “la palabra” o mensaje de Dios que se halla en la Biblia puede cambiar nuestra vida. Nos ayuda a examinarnos como nunca antes. No basta con decir que amamos a Dios. En realidad, lo que revelará nuestros verdaderos pensamientos e intenciones será la forma en que respondamos a las enseñanzas de su Palabra inspirada, la Biblia.

20 La Biblia realmente proviene de Dios. Debemos leerla, estudiarla y amarla. Siga examinándola y así demostrará que agradece este regalo divino. Además, apreciará la importancia que tiene el propósito de Dios para la humanidad.

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* Hay quienes dicen que ciertos pasajes de la Biblia se contradicen entre sí, pero estas afirmaciones no tienen ninguna base.

# Por ejemplo, observe en Lucas 3:23-38 la detallada lista de antepasados de Jesús.
^ La destrucción de Babilonia es solo un ejemplo de cómo se han cumplido muchas profecías bíblicas. Otros ejemplos son la destrucción de las ciudades de Tiro y Nínive (Ezequiel 26:1-5; Sofonías 2:13-15). Además, el profeta Daniel predijo cuáles serían los imperios mundiales que surgirían después de Babilonia, entre ellos Medopersia y Grecia (Daniel 8:5-7, 20-22


LA BIBLIA ENSEÑA
■Dios inspiró la Biblia, y por eso es exacta y confiable (2 Timoteo 3:16).
■Los consejos de la Biblia son prácticos para la vida diaria (Isaías 48:17).
■Las promesas de Dios que se hallan en la Biblia se cumplirán sin falta (Números 23:19).

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martes, mayo 4

¿Cuál es la verdad acerca de Dios?

¿Cuál es la verdad acerca de Dios?

¿De verdad se interesa Dios por usted?

¿Cómo es Dios? ¿Tiene nombre?

¿Es posible acercarse a él?

¿SE HA fijado en la cantidad de preguntas que hacen los niños? Muchos comienzan en cuanto aprenden a hablar. Con ojos curiosos y bien abiertos miran a uno y le dicen: “¿Por qué el cielo es azul?”, “¿De qué están hechas las estrellas?” o “¿Quién enseñó a cantar a los pájaros?”. Sin importar cuánto nos esforcemos por contestarles, a veces nos vemos en aprietos. En realidad, hasta la mejor respuesta puede llevar a esta otra pregunta: “¿Y por qué?”.

2 Los niños no son los únicos que tienen la costumbre de preguntar. A medida que crecemos, seguimos haciendo preguntas, tal vez para saber cómo se llega a un sitio, para evitar algún peligro o por simple curiosidad. Pero parece que mucha gente deja de hacer ciertas preguntas, especialmente las más importantes. O por lo menos, deja de buscar las respuestas.



3 Piense en la pregunta de la portada de este libro, así como en las que aparecen en el prólogo y al principio de este capítulo. Esas son algunas de las preguntas más importantes que se pueden hacer. Sin embargo, mucha gente ha dejado de buscar las respuestas. ¿Por qué? ¿Será posible encontrarlas en la Biblia? A algunas personas les parece que las respuestas que da la Biblia son muy complicadas. Otras no se atreven a preguntar por miedo a quedar avergonzadas. Y hay quienes creen que esas cuestiones es mejor dejárselas a los líderes y maestros religiosos. ¿Qué opina usted?

4 Seguramente, usted desea conocer la respuesta a las grandes cuestiones de la vida. A veces quizá se haga estas preguntas: “¿Para qué hemos venido al mundo? ¿Es esta vida todo lo que hay? ¿Cómo es Dios?”. Hace bien en pensar en estos temas, y es importante que no se dé por vencido hasta encontrar respuestas claras y confiables. Jesucristo, conocido por ser un gran maestro, dijo: “Sigan pidiendo, y se les dará; sigan buscando, y hallarán; sigan tocando, y se les abrirá” (Mateo 7:7).

5 Si usted ‘sigue buscando’ las respuestas a las preguntas importantes, comprobará que vale la pena el esfuerzo (Proverbios 2:1-5). A pesar de lo que otras personas le hayan podido decir, esas respuestas existen y están a su alcance. Se encuentran en la Biblia y no son complicadas. Lo que es mejor, nos dan esperanza y alegría, y nos permiten tener una vida feliz incluso en la actualidad. Empecemos con una pregunta que inquieta a mucha gente.

¿ES DIOS INDIFERENTE O INSENSIBLE?
6 Muchos creen que sí. Piensan que si él se preocupara por nosotros, las cosas serían muy diferentes. Vivimos en un mundo plagado de guerras, odio y dolor. Todos nos enfermamos, sufrimos y perdemos a seres queridos. Por eso hay quienes dicen: “Si le importáramos a Dios, ¿no nos libraría de todos estos problemas?”.

7 Y lo que es peor, muchos maestros religiosos hacen pensar a la gente que Dios es insensible. Por ejemplo, cuando ocurre una tragedia, dicen que fue la voluntad de Dios. En la práctica, es como si afirmaran que Dios tiene la culpa de las desgracias. Pero ¿es eso verdad? ¿Qué enseña realmente la Biblia? Santiago 1:13 responde: “Al estar bajo prueba, que nadie diga: ‘Dios me somete a prueba’. Porque con cosas malas Dios no puede ser sometido a prueba, ni somete a prueba él mismo a nadie”. Por lo tanto, Dios nunca es el causante de la maldad que vemos en el mundo (Job 34:10-12). Es cierto que permite que ocurran cosas malas, pero hay una gran diferencia entre permitir que algo suceda y causarlo.

8 Piense, por ejemplo, en un padre sabio y amoroso que tiene bajo su techo a un hijo ya adulto. Cuando este se hace rebelde y decide irse de casa, el padre no lo detiene. El hijo toma un mal camino y se mete en dificultades. ¿Diría usted que el padre es el causante de los problemas de su hijo? Claro que no (Lucas 15:11-13). De igual manera, Dios no ha impedido que los seres humanos tomen un mal camino, pero eso no significa que él sea el causante de las desgracias que ellos mismos se han buscado. No cabe duda de que sería injusto culpar a Dios de todos los males que sufre la humanidad.

9 Dios tiene buenas razones para permitir que la humanidad siga un mal camino. Puesto que él es nuestro sabio y poderoso Creador, no está obligado a darnos explicaciones. Sin embargo, nos las da por amor. Sin embargo, usted puede estar seguro de que él no tiene la culpa de nuestros problemas. En realidad es todo lo contrario, ya que Dios nos da la única esperanza de verlos solucionados (Isaías 33:2).

10 Además, Dios es santo (Isaías 6:3). Eso significa que es puro y limpio, que no tiene ninguna maldad. Por este motivo podemos confiar por completo en él, algo que no puede decirse de los seres humanos, que en ocasiones se vuelven corruptos. Ni siquiera el más honrado de los gobernantes tiene el poder de reparar el daño que provocan las personas malvadas. Pero Dios es todopoderoso. Él puede eliminar todo el sufrimiento que la maldad ha causado, y así lo va a hacer. Cuando intervenga, lo hará de tal manera que acabe para siempre con el mal (Salmo 37:9-11).

¿CÓMO SE SIENTE DIOS CUANDO PADECEMOS INJUSTICIAS?
11 Mientras tanto, ¿cómo se siente Dios por lo que está pasando en el mundo y en nuestra vida? La Biblia enseña que él ‘ama la justicia’ (Salmo 37:28). Él se interesa profundamente en si algo está bien o mal, y odia toda clase de injusticia. La Biblia dice que “se sintió herido en el corazón” cuando en tiempos antiguos el mundo se llenó de maldad (Génesis 6:5, 6). Y Dios no ha cambiado (Malaquías 3:6). Sigue odiando el mal y compadeciéndose de los que sufren. “Él se interesa por ustedes”, nos asegura la Biblia (1 Pedro 5:7).

12 ¿Por qué podemos estar seguros de que a Dios le duele vernos sufrir? Pues bien, veamos otra prueba. La Biblia enseña que él hizo al hombre a su imagen (Génesis 1:26). Por lo tanto, si tenemos buenas cualidades es porque Dios las tiene. Por ejemplo, ¿se conmueve usted cuando ve sufrir a personas inocentes? Si a usted le duelen tales injusticias, tenga la seguridad de que a Dios le duelen mucho más.

13 Una de las mejores características del ser humano es su capacidad de amar. También en esto nos parecemos al Creador, ya que, como enseña la Biblia, “Dios es amor” (1 Juan 4:8). Amamos porque Dios ama. Si usted tuviera el poder para acabar con el sufrimiento y las injusticias que vemos en el mundo, ¿verdad que lo haría? ¿Acaso no lo impulsaría su amor a hacerlo? ¡Claro que sí! Pues bien, puede tener la misma seguridad de que Dios eliminará los problemas del mundo. Las promesas no son simples sueños ni esperanzas vanas: las ha hecho Dios y se cumplirán sin falta. Sin embargo, para creer en esas promesas es preciso conocer mejor al Dios que las ha hecho.

DIOS DESEA QUE USTED LO CONOZCA
14 ¿Qué es lo primero que usted hace cuando quiere que alguien lo conozca? ¿Verdad que le dice su nombre? Pues bien, ¿tiene nombre Dios? Muchas religiones enseñan que él se llama “Dios” o “Señor”, pero estos no son en realidad nombres propios. Son títulos, como “rey” o “presidente”. La Biblia revela que Dios posee muchos títulos, entre ellos “Dios” y “Señor”. Pero también enseña que tiene un nombre personal: Jehová. Salmo 83:18 dice así: “Tú, cuyo nombre es Jehová, tú solo eres el Altísimo sobre toda la tierra”. Si en su Biblia no aparece este nombre, lo invitamos a ver la razón en el apéndice de este libro. La verdad es que el nombre divino se halla miles de veces en los manuscritos bíblicos antiguos. Por eso, Jehová desea que usted sepa su nombre y lo use. Podría decirse que Dios utiliza la Biblia para que usted sepa quién es él.

Cuando usted quiere presentarse a alguien, ¿verdad que le dice su nombre? Dios nos revela su nombre en la Biblia

15 El nombre Jehová, que Dios mismo se puso, tiene mucho significado. Da a entender que él puede cumplir todas sus promesas y llevar a cabo todo lo que se propone.* El nombre de Dios es único, pues le pertenece exclusivamente a él. En realidad, Jehová es singular de muchas maneras. Veamos algunas.

16 Ya vimos que Salmo 83:18 dice de Jehová: “Tú solo eres el Altísimo”. Del mismo modo, únicamente a él se le llama “el Todopoderoso”. Revelación (o Apocalipsis) 15:3 declara: “Grandes y maravillosas son tus obras, Jehová Dios, el Todopoderoso. Justos y verdaderos son tus caminos, Rey de la eternidad”. El título “Todopoderoso” indica que Jehová supera en poder a todos los demás seres. Su fuerza no tiene igual, es suprema. Y el título “Rey de la eternidad” nos recuerda que es singular en otro sentido: es el único que existe desde siempre. En Salmo 90:2 leemos: “Aun de tiempo indefinido a tiempo indefinido [es decir, siempre] tú eres Dios”. ¿Verdad que solo pensarlo resulta impresionante?

17 Hay otra razón por la que Jehová es singular: él es el único Creador. Revelación 4:11 dice: “Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas”. Jehová es el Creador de todo lo que existe: los espíritus invisibles de los cielos, las estrellas que brillan en el firmamento, las frutas que crecen en los árboles, los peces que pueblan mares y ríos, y mucho más.

¿PUEDE USTED ACERCARSE A JEHOVÁ?
18 Hay quienes se sienten un poco intimidados por las impresionantes cualidades de Jehová. Temen que Dios esté tan alto que nunca puedan acercarse a él o que siquiera le importen. ¿Es correcta esta idea? La Biblia enseña todo lo contrario, pues afirma que Jehová “no está muy lejos de cada uno de nosotros” (Hechos 17:27). Incluso nos hace esta invitación: “Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes” (Santiago 4:8).


La Biblia enseña que Jehová es el amoroso Creador del universo

19 ¿Cómo puede usted acercarse al Creador? Para empezar, no deje de hacer lo que está haciendo ahora mismo: aprender todo lo que pueda acerca de Dios. Jesús dijo: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo” (Juan 17:3). En efecto, según enseña la Biblia, el conocimiento de Jehová y Jesús lleva a la “vida eterna”. Ya vimos que “Dios es amor” (1 Juan 4:16). Pero Jehová tiene muchas otras cualidades, todas hermosas y atrayentes. Por ejemplo, la Biblia dice que es “misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa y verdad” (Éxodo 34:6). Es un Dios “bueno y [...] listo para perdonar” (Salmo 86:5). Es paciente (2 Pedro 3:9). Es leal (Revelación 15:4). A medida que siga leyendo la Biblia, verá que Jehová ha demostrado estas atrayentes cualidades y muchas más.

20 Es cierto que a Dios no podemos verlo, pues es un espíritu (Juan 1:18; 4:24; 1 Timoteo 1:17). Sin embargo, la Biblia explica cómo es. Tal como dijo el salmista, usted puede “contemplar la agradabilidad de Jehová” (Salmo 27:4; Romanos 1:20). Cuanto más aprenda sobre él, más real será para usted, y más razones tendrá para amarlo y sentirse cerca de él.


El amor de un buen padre es un reflejo de un amor mucho mayor: el que nos tiene nuestro Padre celestial

21 Poco a poco irá entendiendo por qué nos anima la Biblia a verlo como nuestro Padre (Mateo 6:9). No solo nos dio la vida, sino que desea que la vivamos del mejor modo posible, lo mismo que todo buen padre quiere para sus hijos (Salmo 36:9). La Biblia también enseña que los seres humanos podemos ser amigos de Jehová (Santiago 2:23). ¡Imagínese: usted puede ser amigo del Creador del universo!

22 Cuando aprenda más de la Biblia, quizá haya personas que, con buenas intenciones, le aconsejen que deje de estudiarla. Tal vez lo hagan porque les preocupe que usted cambie de creencias. Pero no permita que nadie le impida cultivar la amistad con Dios, la mejor amistad que usted puede tener.

23 Lógicamente, habrá cosas que no entenderá al principio. Pero no tenga miedo de pedir ayuda. Jesús dijo que es bueno ser humilde como un niño (Mateo 18:2-4). Y ya sabemos que los niños siempre están preguntando. Dios desea que usted encuentre las respuestas. De hecho, la Biblia habla muy bien de ciertas personas de la antigüedad que tenían el intenso deseo de conocer a Dios. Por esa razón, examinaron con cuidado las Escrituras y se aseguraron de que lo que aprendían era la verdad (Hechos 17:11).

24 El mejor modo de conocer a Jehová es examinando la Biblia, un libro diferente de los demás. ¿Qué lo hace distinto?

El buen samaritano

Jesús y la mujer samaritana